lunes, 11 de julio de 2011

¿Qué es un/a happyshifter?


Un happyshifter, se traduciría como alguien que se redirige hacia la felicidad, es quien entiende el trabajo  como un camino complementario para conseguir la felicidad en su vida. Esta es una de sus claves; el trabajo es algo complementario y no lo principal.

Para un happyshifter es fundamental tener una actitud positiva, proactiva y llena de optimismo hacia su trabajo. La cuestión es lograr encontrarse a gusto en todos los niveles de la vida, trabajo incluido. Por tanto es importante encontrar un trabajo en el que uno esté cómodo, en el que se sienta útil para desarrollar sus habilidades y que en definitiva satisfaga a la persona que lo realiza.

Hay especialistas que consideran que el movimiento happyshifter seguirá abriéndose camino, en tanto que los talentos sólo acudirán a una empresa que les garantice un entorno laboral grato y en donde cada minuto del tiempo que le dedican al trabajo rinde beneficio (a la empresa pero también al trabajador). Las empresas necesitan del talento, creatividad, adaptabilidad y capacidad de innovar de sus trabajadores.

Empresas muy próximas a lo que defiende el happyshifter son, por ejemplo, Google o Microsoft, que proporcionan un grado de libertad a sus trabajadores, les escuchan, les permiten aportar líneas de investigación… les dejan trabajar a su ritmo, en el horario que prefieran…

Haga ‘happyshifting’ y sea feliz en su trabajo

Los happyshifters no se resignan a pasar ocho horas diarias en un empleo que no les aporta nada. Los happyshifters deciden transformar sus empresas y el mercado laboral. Cambian la queja por la acción y la pasividad por el emprendimiento.

Los workaholics de toda la vida son los adictos al trabajo, pero en el extremo opuesto están los downshifters, aquellos que, cansados de una vida materialista, llegan a la conclusión de que no merece la pena trabajar semejante número de horas porque lo que se obtiene a cambio es difícil de disfrutar. Para ellos no hay dinero ni ascensos que compensen el tiempo no ocupado en otras actividades, así que “abandonan” y simplifican su vida al máximo.

Frente a la idea milenaria de que el trabajo es una condena, o algo así como morir un poco de lunes a viernes (algunos prolongan la agonía en sábado y domingo), los happyshifters emergen en el panorama sociolaboral como una nueva tribu heredera de Rousseau o Benjamin Franklin, los primeros que ya hace tiempo –en el siglo XVIII– argumentaron que la vida laboral podría estar en el centro de cada deseo de felicidad.

El happyshifting del siglo XXI implica la máxima defensa de la idea de que vivimos en una era única, en la que debemos estar decididos a buscar la felicidad a través del trabajo, que se convierte en fuente de sentido para nuestras vidas. 

Quienes lo defienden y practican también han tenido algún momento de duda en el que han cuestionado su carrera, lo que están haciendo, el modelo de mercado laboral o la organización de su empresa. Pero en vez de huir, actúan: deciden cambiar su compañía o se van de ella para crear una propia. El objetivo es ser feliz, a pesar de los pesares, trabajando. Así, no es extraño que cada vez más escuelas de negocios se preocupen de un intangible como la felicidad, y de su conexión con la economía real. 

Es un círculo: quien se encuentra en ese estado está absorto en su actividad y siente una enorme satisfacción; trabaja para ser feliz, con capacidad de realización y satisfacción personal antes que de ganar dinero. Cuando ocurre esto, hay un resultado para la empresa y con este compromiso, la persona tiene menos posibilidades de dejar la compañía y se esfuerza aún mucho más.

Dos de los factores clave para ser felices en el empleo son: sentirse útiles (concordancia entre lo que la persona hace y aquello que es propio de su formación e intereses) y recibir el reconocimiento de los superiores y compañeros.

Así que cuando uno no siente estos dos factores en su labor profesional tiene dos opciones: resignarse y asumir que el trabajo es un daño colateral en su vida para poder hacer otras cosas, o transformar sus empresas y el mercado laboral; cambiar la queja por la acción y la pasividad por el emprendimiento. Estos segundos son los happyshifters. Y si no pueden cambiar su empresa, se van de ella y crean la suya propia. Ser optimista resulta, evidentemente, parte de ese perfil. Tienen la actitud del yes, we can. El happyshifter necesita sentir que lo que hace tiene sentido.

Las crisis generan dos perfiles: por un lado, aquellos que se refugian en su compañía y no se mueven, pase lo que pase; y, por otro, aquellos que ven oportunidades fuera. El que quiere trabajar por cuenta ajena piensa más en salir que en quedarse, y esto afecta a la empresa, porque genera cierto conflicto. Busca cambiar, y la causa no suele ser el dinero, sino un entorno no adecuado. En el caso de los que ven nuevas oportunidades para emprender, el motivo suele ser convertirse en el propio jefe o tener más libertad de actuación.

La sociedad evoluciona y la gente tiene cada vez menos apego a sus trabajos. Antes, la relación entre empleador y empleado era de por vida. Ahora la media de duración no llega a cinco años. Todo esto se transmite a las organizaciones, y hay cada vez más gente que se siente abierta a diferentes opciones y a moverse en el mercado. Cuando una persona se marcha a otra compañía se lleva el conocimiento a otra empresa, y si monta su propio negocio puede convertirse en un competidor. Hay una tendencia a echar la culpa del descontento a los jefes, sin que se haga nada por cambiar. Las empresas o los jefes que no se preocupan de lo que quieren sus empleados crean trabajadores amargados que se ausentan física (absentismo) o psíquicamente (quienes pasan su jornada buscando empleo en internet). Se habla de “muertos vivientes” que no se animan a salir y cuya aportación a la organización es nula.

Hay que cambiar las organizaciones por dentro, aprovechando la crisis, porque éstas se pueden quedar sin talento si no se dan ciertas transformaciones. Las personas con talento no son fácilmente sustituibles. Estamos ante una oportunidad para que las personas se hagan valer en las organizaciones y se transforme todo.


En el happyshifting encontramos tanto a empleados que quieren demostrar dentro de su empresa que se puede ser feliz en el trabajo, como a emprendedores que buscan la felicidad creando la suya propia.

10 consejos que ayudan a ser feliz en el trabajo

1.Escoja ser feliz. La felicidad es una elección. Quédese con los aspectos positivos de su trabajo. Rechace a la gente negativa, los rumores y maledicencias. Encuentre colegas con los que esté a gusto.

2.Haga algo que le guste cada día. Quizá no ame su trabajo, pero siempre habrá algo en él que le atraiga.

3.Ocúpese personal y continuamente de su desarrollo personal y profesional. Usted es la persona que más tiene que ganar con su formación continua.

4.Tome la responsabilidad de conocer lo que ocurre en su trabajo. No se limite a quejarse de que no recibe información sobre lo que pasa en su compañía, los proyectos de los diversos departamentos o con sus colegas. Busque la información que precisa para trabajar eficazmente. Desarrolle una red de información y utilícela. Pregunte a su jefe cuando tenga dudas. De usted depende en gran medida lo que puede saber.

5.Pida ‘feedback’ sobre lo que hace, cómo lo hace y qué piensan sus jefes de su trabajo.

6.Comprométase sólo a aquello que pueda cumplir y mantener. Los expertos aseguran que una de las principales causas de estrés e infelicidad es fallar en un compromiso adquirido. Evite las excusas y preocúpese sólo de las consecuencias que implica fallar a la promesa dada.

7.Evite la negatividad.

8.Mantenga el coraje profesional. Sea inconformista. En un sentido positivo, los conflictos pueden ayudarle a cumplir su visión personal y su misión profesional; a servir a los clientes y a crear productos de éxito.

9.Haga amigos, verdaderos amigos.

10.Si nada de esto funciona, empezar buscar un trabajo nuevo o emprender un negocio es lo que puede hacerle realmente feliz.

Fuente parcial: Expansión y Empleo

J. Aquino
Julio 2011

lunes, 4 de julio de 2011

Te has preguntado porque algunas personas cumplen sus metas y otras no?


La vida es una educación continua para todos, si queremos ser productivos y competitivos. La única forma que tenemos de crecer como personas es mantenernos en una constante educación. Esto determina que educarnos y ayudar a educarse a quienes nos rodea. Es una responsabilidad que debemos asumir de por vida.

Un instrumento necesario y eficaz para esto es la motivación, la que se define como un deseo  que impulsa a la acción, a la satisfacción de necesidades y es un componente sumamente importante del comportamiento de los seres humanos.

Los seres humanos necesitamos aún más que los animales auto-motivarnos, para enfrentar la vida con la mayor eficiencia posible, con las satisfacciones que esta situación acarrea, ya que no nos guiamos solamente por nuestros instintos.

Recordemos siempre que somos seres racionales, lo que nos brinda coherencia para pensar y actuar. Nos permite reconocer y reparar nuestros errores. Nuestro principal objetivo debe ser mejorar nuestra vida y para alcanzarlo hay que actuar.

El primer paso consiste en pensar en nuestros logros, enumerarlos por escrito. Es muy probable que nos demos cuenta que son más de los que pensábamos. Esto nos dará energía y nos ayudará a pensar en positivo, elemento imprescindible para una buena motivación. Nos orientará hacia el optimismo, vislumbrando un presente y un mejor futuro, lo que nos ayudará mucho a sentirnos motivados.

Un buen recurso es plantearse por la mañana todas las oportunidades que tendremos durante el día para lograr lo que queremos y nos brindará satisfacciones. Pensar "en el día de hoy podré lograr cosas que me hagan sentir mejor" cada vez que nos despertemos permitirá crear una filosofía de vida, que nos puede ayudar muchísimo.

Luego, analizar lo que podríamos necesitar durante el día que comienza. Tomar conciencia de nuestras necesidades y priorizarlas, nos permitirá buscar la forma de satisfacerlas y afrontarlas positivamente. Todos somos capaces de progresar, aunque a veces creamos que no. En ocasiones no somos conscientes de nuestras potencialidades, por lo que creer en nosotros mismos nos ayudará considerablemente a elevar la auto-motivación. En este sentido, colabora notablemente rodearnos de personas optimistas y motivadas.

El ambiente contagia y el diálogo entre seres con estas características es un factor de enriquecimiento para todos. Así también si nos ejercitamos en la auto-motivación, seremos capaces de educarnos y ayudar a educarse a quienes nos rodean. Todo depende de nosotros y de mejorar nuestra manera de pensar respecto a la vida.

 
"La suerte no es más que el súbito encuentro entre la preparación y la oportunidad" 



J. Aquino
Julio 2011

Head Hunter

Si un día recibe una llamada y al otro lado del teléfono le habla un head hunter, debe estar preparado(a). Estos caza talentos son personas o empresas que se dedican a buscar y seleccionar profesionales para puestos "top", es decir, principalmente gerenciales o ejecutivos.

Head Hunter
El head hunter tiene que buscar entre los candidatos la persona con las características que la empresa requiera, no las que él/ella quiera, no son sus parámetros. En general, las empresas privilegian a las personas con mentalidad emprendedora, sobre todo las que son muy competitivas, como las del área del retail, banca o telecomunicaciones.

Los clientes de los "caza talentos" son las empresas que los contratan para buscar ejecutivos y no las personas que están buscando un puesto. "De repente la gente cree, que puede llamar a un head hunter para pedirle que le consiga trabajo", en la mayoría de los casos, las personas que buscan ya están trabajando en empresas y por lo tanto enviar un email con el currículum a uno de estos profesionales, es "perder el tiempo".

Hay que tener en cuenta, que los head hunters pueden averiguar cuáles son las características de un candidato preguntándole al portero del edificio de su empresa actual o consultando con sus redes de contactos. 

Quien desea ser demandado o requerido, debe poseer las siguientes virtudes: persistencia, logros mensurables, facilidad de establecer redes, estabilidad emocional y ambición por crecer. Es también fundamental transformarse en un especialista con profunda generalización.

El ejecutivo candidato que va a seleccionar el/la head hunter debe ser más generalista que especialista, capaz de desarrollarse en cualquier área y entender el fenómeno completo de la operatoria de la empresa. Por ejemplo, si trabaja en recursos humanos, debe saber cómo funciona la producción, el área de ventas, debe ser una persona integral. El/la head hunter busca a las personas que tienen una visión completa del negocio porque esa es la visión del ejecutivo moderno.

No en todos los casos los head hunter trabajan con bases de datos de currículum. Si fuera así, hay que actualizar los datos anualmente. Hay muchas personas que piensan que al enviarle un currículum a un head hunter, este documento va a ir a parar a una base de datos y aparecerá una oportunidad laboral, pero sólo algunos de los cazadores de talentos utilizan este sistema, 

Finalmente concluyendo con mis comentarios, un buen head hunter es una persona que está vinculada al mundo empresarial y que sabe a cual gerente le va bien, porque tiene todos los recortes de los diarios, todos los balances de las empresas, sabe cómo están las acciones en la bolsa y está al tanto de que el gerente de finanzas o de recursos humanos de una empresa determinada está haciendo el trabajo bien, pero no es por otra razón.

Esta es mi opinión acerca del head hunter, lo cual no muchos tienen conocimiento sobre todo en nuestro país Rep. Dominicana.

Espero sea de aporte!  

J. Aquino
Julio 2011